¿Ayudar a un perro a solucionar problemas mediante juegos construidos específicamente para él? ¿Es eso posible?
Sí, lo es. Los juegos en general implican la utilización de una serie de habilidades: motoras, cognitivas, sociales y emocionales. En el caso concreto de los juegos que se utilizan en las sesiones de Activación Mental Canina®, lo que se busca es que el perro, motivado por una recompensa en forma de comida, busque la forma de resolver un juego (o problema) que el instructor encargado de la sesión le plantea.
El éxito en la resolución del mismo está en gran medida en manos del instructor. No porque éste deba ayudar al perro, pues de hecho no debe hacerlo, sino porque el instructor elegirá aquel juego que sea el óptimo para el perro específico que está trabajando. Gracias a ello, y gracias también a la capacidad del instructor de leer la situación, entender el lenguaje que el perro está expresando con su postura corporal, y esperar y darle tiempo para pensar cuando ello sea necesario, el perro termina resolviendo el juego.
Juego tras juego, y sesión tras sesión, el perro va solventando juegos y problemas más complejos (para él), con los consiguientes beneficios que esto le reporta:
- Aumento de la seguridad en sí mismo
- Autonomía a la hora de afrontar situaciones
- Autocontrol
- Capacidad de concentración
- Tenacidad
- Resiliencia (capacidad de recuperarse rápidamente de situaciones que le ocasionen cierto estrés)
- Reflexividad
Todo ello hace que la disciplina de la Activación Mental Canina® sea muy útil para todos los perros, pues les hace afrontar la vida diaria con unas capacidades reforzadas. Y resultan todavía más impactantes los resultados en los casos de perros con miedos e inseguridades, pues deberán superarlos para resolver los juegos, así como con hiperactividad, pues deberán bajar revoluciones y aprender a pensar de una forma más relajada con el mismo objetivo.
